Saint Jacut de la Mer
Published by RW on martes, 28 de agosto de 2007 en 15:09Al día siguiente una serie casi interminable de encuentros familiares se llevó a cabo. Los highlights del viaje son diversos. Por una parte, conocí a toda la familia del lado de la mamá, los tíos, los abuelos, los primos, etc., etc. Hubo bastantes reuniones con la familia, y tengo la impresión que como estaba ahí, pues toda la familia nos incluía en el grupo de los "adultos". Fuimos a cenar varias veces con los abuelos, con el tío que vive en Suiza, con el otro tío, etc.
Una vez fuimos a un lugar de crepas, y eramos como 20 personas o más. Sin embargo, dentro de la familia no encontré al tipo Gerard Depardieu (se escribe así?), al tipo robusto, incanzable bromista y bebedor infatigable (no sé porque tengo esta impresión del célebre autor, pero no había ningun personaje de este estilo). De cualquier manera, todos eran la buena onda andando.
Otro día fuimos a la playa, y la hija de uno de los tíos (que tiene 5 hijos y es muy pero muy católico), le preguntó "no entiendo, y ellos dos, ¿están casados o no?". No sé que le habrá contestado, pero a lo mejor le explico que viviamos en pecado o algo así. Además, la esposa de este tío en una comida aplicó el: Roberto, teeee vooooy aaaa haaabllaaar eeeenn Fraaaanceeeeés paaaaarrrraaa quueeee puuueeeedas eeeenteeendeeeer yyyy aprrreennndeeer (buena onda, pero se la bañó, demasiado lento). Con el asunto de la iglesia, de las dos veces que la familia de sophie fue a la iglesia (llegué en domingo, y el miércoles era la fiesta de la virgen), me salvé por los pelos ya que la primera vez llegamos al final, y la segunda la iglesia estaba a reventar (al parecer sirvieron mis plegarias al santo niño de los mazapanes).
Por otro lado, los abuelos de sophie son un pan, muy simpáticos, además de que un día hicieron la comida para toda la pandilla. Con un futbolito en la casa, pensé que podría jugar con los primos, pero las reglas francesas del futbolito no permiten girar la perilla para sacar un zambombazo, ni meter goles desde la media cancha, y reglas por el estilo. Toda esta parafernalia legal relacionada a un simple juego limitó mis ganas de seguir jugando (directamente proporcional al hecho de que perdí dos partidos al hilo).
Y así, y asá. La sobrina de Sophie esta bien bonita, pero oh sorpresa, que le doy miedo y rara vez dejó que la cargara (foto de ella abajo). Y la playa de Dinard esta chida, con un fenómeno de la marea que esta bien chido aquí algo que me pirateé de interné: "Lo que más fascina del pueblo, es la fuerte variación de las mareas, que puede alcanzar los quince metros de amplitud, puesto que en marea baja, el agua se desplaza varios kilómetros mar adentro, quedando la isla al alcance del caminante. Sin embargo, cuando la marea es alta, toda la isla queda rodeada de agua y la planicie inundada". Fotos de esto están en el album ahí debajo. La verdad es que esto es impresionante, y el agua regresa con la velocidad con la que una persona camina (digamos que el mar se va a pasear por ahí de las 12 pm, y regresa del cotorreo a las 6, así diariamente).
De los 5 días que estuve, dos estuvo lloviendo, uno Sophie le dio un llegue al tratar de estacionarse a una camioneta X5 de BMW (la camioneta estaba estacionada :S ), lo cual tuvo que propiciar la correspondiente huída conmigo al volante, otro día fuimos con una amiga suya bastante buena onda a Saint Malo, a cenar y por unas cheves, lo cual me hizo darme cuenta que ese día empezaba un festival de rock llamado La Rue du Rock (la calle del rock) en el que ese día tocaba Justice, Daft Punk, y otras celebridades más. Pero lo que me hizo rabiar fue el hecho de que Smashing Pumpkins (en su gira de regreso al escenario, claro, sin dos integrantes originales), estaría tocando un día después de que regresara a Londres. Damn it!
La música de mi juventud no parecía importarle mucho a Sophie y a su amiga, pero bueno, regresé y baje su nuevo single y fui medianamente feliz. Ya el día de regreso a Londres no paso mucho, el Señor Sophie (entiéndase aquí el papá) nos llevó al aeropuerto, y al despedirme me volví a poner nervioso, le di dos besos a Sophie en el cachete, le di la mano al papá antes de que el me la diera a mi (por un momento pensé ver en su rostro como el enojo se apoderaba gradualmente de su cuerpo, algo así como hulk pero en rojo), y me fui de ahí con mi dotación de chorizo español y saucisson.
Cuando vi a Sophie tres días después, me comentó que su papa ni se había enojado por lo de la mano ni nada. Sobreviví a este viaje con la familia, mejoré mi francés (un poco, tampoco se emocionen), comí de lo lindo y visité bretaña. Estuvo bien, la verdad es que pensé que iba a ser más duro pero naaa, pan comido, como dirían por ahí. De hecho, el Señor Sophie se echó un comentario en una cena (yo ya no estaba) que qué bueno había sido que por fin me conocieron (pues si, después de casi dos años de que su hija anda saliendo con un monito mexicano, ya era justo).
Y bueno, así concluyó un capitulo más de mis aventuras en europa. Al regresar, sigo desempleado, manteniendo el status quo, ceteris paribus, y demas locuciones latinas que se les ocurran. Recuerden, si quieren aprender más de Saint Jacult, tecleen Dinard en su buscador favorito para obtener más información al respecto, o marquen el 00800-medaflojera donde una operadora con gusto les atenderá.
Fotos aquí:
Etiquetas: Familia, Francia, vacaciones
Odio las reglas que puedan existir para el futbolito en San Yakult, pero explìcame algo ... cuando dejaste de jugar y volteaste a verlos... ¿estaban emocionados?