Etiquetas: Londres
bueno no tengo nada que decir pero es que esto se le ocurrió a sophie y a mi me dio risa y en realidad hay que aprovechar que todavía no me voy
7 comentarios Published by RW on jueves, 22 de noviembre de 2007 en 11:411. Encuentre las 3 diferencias.
2. Chisme de La Oreja: ¿qué paso después de esta noche entre el jugador más valioso de Mascarita y la bella comensal?
Deje sus conclusiones como comentario al post.
Creo que está claro a lo que me refiero cuando digo que hablamos desde lo que conocemos. En la medida en que vamos viviendo, nuestro espectro de la realidad se amplía. Sin embargo, habría que desconfiar más de la historia, de nuestras afirmaciones socioculturales. Diariamente uno se puede encontrar con este tipo de personas, confiadas en supuestos que ni siquiera se tomaron el tiempo de cuestionar. ¿Por qué me parece más guapa la segunda foto? ¿Se acerca más a mis ideales de belleza occidental impuestos por la tele? ¿Es acaso por que se le ve un seno? Declarémonos en contra del juicio absurdo de la historia cultural que pesa sobre nosotros.
2. El incíso 1 de este post es irrelevante. Este es mi post de abandono, ya que este blog no tiene nada más que decir. Denle play al requiem del último post.
A mis amigos virtuales, tal vez abra luego otro blog, igual de inútil que este. No lo borro porque quiero que permanezca como fotografía de un Londres que se esta acabando, lacerado por la lluvia que no cesa y que va lavándonos, limpiando los recuerdos de esta ciudad.
Y a los demás, mientras caminamos en otras ciudades, empujados por Sísifo para subir y volver a caer infinitamente, seguramente encontraré a alguien que me dirá pero estuviste en Londres, viviendo lo que otros viven, viendo lo que otros ven. Asentiré con la cabeza: Sí, estuve ahí, caminando por la humedad de sus calles, en aquel centro menstruante de autobuses de dos pisos, y tal vez hayan leído este blog y tratarán de hablarme de lo que hice, de aquella vez que vi a McCartney en un parque, o de la ocasión en que en el aeropuerto tuvieron que desalojarme por una amenaza de bomba. Y asentiré con la cabeza de nuevo, con una sonrisa tonta, vacía, acertada para recordar esos días, los momentos en un Soho lleno de deseos, los viajes en escaleras eléctricas perdidas en las profundidades del desconsuelo, el sonido sordo de unas bragas que caen al suelo, o de las marchas en contra de la guerra y las noches perdidas en la mecánica frase relacionada al menú de postres, todo eso se perderá, me dirán lo has vivido, y diré sí, ahí estuve, en un Londres invertebrado, real en todas las realidades posibles, en todas las posiciones.
Pese a lo fútil que es tratar de comprender la cinemática del caos, que un día te sitúa en ciertas coordenadas, para después lanzarte a una isla desierta, ganar la lotería o morir atropellado, me pregunto si existe fórmula alguna para dictar las probabilidades, el pronóstico sobre cómo y dónde convergerán los caminos, cómo irán compaginándose los segundos en el engranaje de los días.
Habrá que aceptar la apuesta fantasmagórica y lanzarnos sin vértigo a lo desconocido.
Etiquetas: confesiones, Londres
Stonehenge -costumbres mexicanas II-
12 comentarios Published by RW on lunes, 12 de noviembre de 2007 en 1:52En las rocas, uno puede advertir señales que los científicos se han esforzado por descifrar, interrogantes a las que todavía no encuentran respuesta. Vean el detalle en la última foto, esta de miedo. Acérquense conmigo:
Nuestro chovinismo es políticamente incorrecto en Europa, pero lo cierto es que una bandera nos enlaza en el extranjero como si en ello se nos fuera la vida. Dentro de nuestro propio país, solamente Septiembre y Noviembre, logran convencernos con sentimientos en vez de con razones de que México es mejor que cualquier lugar en todos los aspectos. No tenemos Stonehenge, pero Teotihuacán está más chido!
Nuestras falacias de tipo etnocéntrico o de ídola fori, retrasan cambios reales en nuestra sociedad. Perduran, pues, los como México no hay dos, con letal fuerza apocalítica, con acción de presencia superior a las demoliciones del tiempo y a la imposición rectificadora de nuevas ideas.
Vivimos en una dicotomía, especialmente visible en la Ciudad de México, en relaciones de amor-odio con nuestro país (sobre todo mientras estamos en territorio nacional). Una vez abordado el avión, llegan las tardes de nostalgias, que encuentran un paliativo al ver a otro connacional. Y como por arte de magia, el grito de guerra: ¡Viva México!
Muerte en Venezia -UPDATE fotos-
14 comentarios Published by RW on lunes, 5 de noviembre de 2007 en 6:14Sin embargo, uno lamenta no tener el suficiente tiempo para descubrir a la ciudad fuera del fantasma del turismo. Algunos atisbos a la naturaleza de la urbe se descubren cuando uno nota que la ciudad se instaura en una calma casi sepulcral a las 11 de la noche. Salvo en carnaval, la ciudad es diurna.
Pese a que no comprendo el funcionamiento de la superestructura, da gusto encontrar tanto arte contemporáneo en una ciudad que es más chica que mi natal pueblo. Nuevamente, el tiempo limitado me jugó una mala broma, empujándome a apoderarme de los minutos en un frenezí fotográfico, al más puro estilo de turista japonés.
Venezia aún vive, su historia moderna es una forma inacabada de la guerra, el turismo hace que la ciudad sobreviva en una fantasmagoría de riquezas pasadas (siempre en renovación, evitemos que muera lo viejo, algo así como mantener con respirador al abuelo vegetal). Al salir, uno se alegra de que termine, de saber que puede tachar un lugar más de la lista burguesa del turismo, de dejar la ciudad que no ofrece más que museos e iglesias para nuestro consumo -planeemos ahora el siguiente viaje-. Generalmente, no es suficiente ir y aprehender un pedazo de la ciudad, un souvenir, un recuerdo. Apoderarnos de la Basílica con una foto (todo museo o lugar histórico que se respete debería abolir la cámara fotográfica o de video) y comprar la postal es un registro de que estuvimos ahí, aunque nunca hayamos metido la mano en el agua (esta sucia guacala), besado a una veneciana o platicado con una anciana que hace sus compras un domingo por la mañana.
Etiquetas: arte y cultura, vacaciones, Venezia, weekend